La pintura apela a observar como si nuestra mirada atravesara una ventana propiciando una narrativa orientada a interconectar la experiencia humana más personal con los contrapesos de la realidad exterior. Invoca un juego de espejos en donde la audiencia participa en un debate indispensable para armonizar los lenguajes y constructos que hemos creado para dar sentido a la forma descontrolada en que hemos caído en el mundo. Queda de manifiesto nuestro papel de asimilación frente a lo divino, por medio de una propuesta que une la ciencia y la filosofía de nuestro tiempo. En la pintura existen referencias que interconectan el cristianismo, el islam, el judaísmo y el hinduismo. Asimismo, señala referencias a conceptos de matemáticas astrofísica, física y finanzas. Las referencias a la filosofía cobran vida cuando la obra es observada en un debate interno y por igual colectivo.